Hace 2.500 años, la Península Ibérica era un territorio poblado por comunidades con diferente nivel de evolución económica y social.
Vivían en pequeñas aldeas, fortificadas o no, y se dedicaban a las labores agrícolas y ganaderas.

Al final del segundo milenio antes de Cristo llegan a la Península Ibérica pobladores indoeuropeos. Penetraron por los Pirineos, sobre todo por el Este, que era más accesible. Estas gentes fueron los ancestros de los celtas.

Hubo enfrentamientos con las poblaciones indígenas que ya ocupaban el territorio, pero también se desarrolló el comercio y otros intercambios pacíficos. El contacto con los íberos del levante y sur peninsular principalmente transformó su cultura y gestó una nueva identidad, el pueblo celtíbero o <<celtas de iberia>>, así considerados por los griegos y romanos de la época, que los diferenciaban de esta forma de los celtas galos.

Actualmente se establece que el celtíbero fue un pueblo compuesto por diferentes tribus –pelendones, arévacos, belos, lusones y titos principalmente– establecidos en la Celtiberia, la Idoubeda, el actual Sistema Ibérico.

La fama que alcanzaron los celtíberos en la antigüedad viene avalada por dos hechos fundamentales: su resistencia a la dominación romana y su maestría fabricando las mejores espadas de aquella época.

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Castro Asturiano

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Castro Vettón en Yecla de Yeltes (Salamanca)

<<El Ceremeño>> (Herrería, Guadalajara) es un castro celtibérico ocupado entre los siglos VI y III a. C. Está excavado y abierto al público.

<<Els Vilars>>, a 4 km de Arbeca (Lérida), es una fortaleza construida en el siglo VIII antes de Cristo que fue habitada durante la Primera Edad del Hierro e inicios de la Segunda. Sus primeros ocupantes pudieron ser colonos de origen celta que penetraron en la Península Ibérica por los Pirineos orientales, ya que compartían con ellos el rito de incinerar a sus muertos –la cultura de los Campos de Urnas– y el levantamiento de piedras hincadas rodeando las murallas. Doscientos años después, estos pobladores toman contacto con fenicios y griegos, hibridando sus culturas hasta definir una nueva identidad: la etnia ilergeta, plenamente integrada en territorio íbero.